SANTUARIO DEL SEÑOR DE LA PIEDRA
Rosa Nieto, la lavandera encargada de los oficios parroquiales, descubrió una piedra con una imagen de Jesucristo grabada en ella en un pozo cerca del arroyo La Moya el 3 de diciembre de 1753.
Después de sacar la piedra del fondo del pozo, Rosa la llevó a su casa y, durante la noche, observó que la piedra emitía un resplandor misterioso. Al día siguiente, Rosa llevó la piedra al párroco Raimundo Forero de Chávez, quien experimentó un milagro al recuperar o mejorar su vista perdida después de contemplar la imagen.
La imagen representa a Jesucristo después de la flagelación, con la soga cortada y cayendo desfallecido, coronado de espinas y con una caña en sus manos atadas. La tradición dice que los colores de la imagen han aumentado significativamente en los últimos 80 años. Los prodigios de la imagen se confirmaron y su culto se extendió por toda la región, lo que llevó al Papa Pio IX a autorizar la consagración de un altar. En 1848, el Arzobispo Manuel José Mosquera aprobó la Cofradía del Señor de la Caña y la devoción a la imagen, conocida como el Señor de la Piedra de Sopó, aumentó aún más.
La imagen estuvo en la iglesia parroquial hasta 1909, cuando fue trasladada a su propia capilla. La historia del hallazgo se encuentra en el libro de Cofradías de la Parroquia del 16 de marzo de 1754 y fue publicada en el periódico La Unión Católica de Bogotá el 25 de junio de 1871.